viernes, 17 de julio de 2015
Cambiar el nombre del equipo en Ubuntu
El equipo en el que estamos trabajando tiene un nombre, que se puede consultar con el comando 'hostname' tanto en Linux como en Windows.
¿Y para cambiarlo?
En la última instalación de mi Ubuntu no estuve muy acertado al elegir el nombre de equipo, y ahora me gustaría cambiarlo.
Simplemente, hay que editar estos dos ficheros:
/etc/hostname
/etc/hosts
Y ya está.
Bueno, en mi caso, además tuve que reiniciar.
En Windows se puede cambiar desde la interfaz gráfica, en Propiedades de "Equipo" o "Mi PC" (según versión).
Gracias a la comunidad Ubuntu por esta información, que podéis consultar, junto con muchas otras cosas útiles, aquí. Aunque hay que reconocer que la web está un poco dejada...
viernes, 10 de julio de 2015
Aversión a las versiones
Escudos y bichos con alas encima: mismo tema, diferentes versiones
(Baeza, palacio de Jabalquinto)
Aunque resulte difícil de creer, hay usuarios que no saben con qué versión de Windows están trabajando.
- José, tengo no-recuerdo-qué-problema con el ordenador de mi casa. ¿Cómo lo arreglo?
- Hmm... ¿qué versión de Windows tienes? (ya paso de preguntar qué versión de "sistema operativo", porque entonces me toca explicar qué es eso)
- Pues... no sé... ¿el 2007?
- No, eso es el Office que tienes pirateado
Como diría Forges: Gensanta.
Parece una trivialidad saber la información del sistema operativo, o que puede que esto no tenga demasiado interés, pero el asunto puede traer más cola de lo que parece. Así que allá van algunas formas de saber la versión del Sistema Operativo con la que estás trabajando.
1. Windows, modo gráfico
Ir a Inicio / Panel de Control / Sistema
Dependiendo de la versión, verás una ventana u otra, pero en cualquier caso, por algún lado te debería informar acerca de la versión.
En Windows XP y Windows 7 se ve algo así:
Fig. 1. Información de la versión y algo más en Windows XP
Fig. 2. Información de la versión y algo más en Windows7
En ambos casos, además de la versión del SO, también se da información sobre el equipo como memoria, parches instalados, velocidad del procesador... En fin, que merece la pena echarle un vistazo.
2. Windows, modo ventana negra
La opción gráfica está bien para los usuarios "normales" pero, como informáticos, a veces puede que queramos utilizar la información de la versión en un programa, por ejemplo, un script que recupere esta información del SO y tome las decisiones oportunas.
En principio, podemos abrir una ventana de comando (Inicio / Ejecutar... cmd) y... y nada más. En Windows XP y Windows 7 la propia ventana ya te muestra una línea con la versión, aunque puede ser un poco críptico entender que la versión 6.1.7601 es en realidad Windows 7
Fig. 3. Tengo el Windows 6.1.7601. ¡Qué sorpresa!
No obstante, si queremos usar la información en un script, necesitaremos un comando que devuelva esa información. Como podéis ver en la Fig. 3, el comando ver permite obtener esta información.
Al menos Windows XP sí que te pone, antes del numerito, que estás utilizando Windows XP
Fig. 4. Y este es el XP
3. Linux, modo gráfico
Cada distro de Linux es un mundo, así que yo sólo puedo hablar de Ubuntu 15.04, que es lo que tengo actualmente. En ese caso, en la pantalla de login inicial se muestra la información:
Fig. 5. Información sobre la versión en Ubuntu 15.04, antes de entrar
4. Linux, modo ventana
Pero de nuevo, si nos interesa obtener la información en un comando para usar esto en nuestros scripts, podemos utilizar el comando lsb_release con el parámetro -a (lo de LSB significa Linux Standard Base, por si ardíais en deseos de saberlo, que os conozco)
Fig. 6. Comando lsb... (LSB = ¿Lo SaBe? ¡Vivan los chistes malos!)
Desconozco si este comando es el mismo en otras distros, aunque imagino (más bien, espero) que sí.
En cuanto al comando, me gusta más cómo lo hace Windows. Creo que "ver" es bastante intuitivo y fácil de recordar para recuperar la VERsión, mientras que el comando de Ubuntu no me parece tan recordable (entre otras, esa es una de las razones por las que escribo estas notas para mí). Sin embargo, en la información que devuelven, veo mucho más legible la de Ubuntu que la de Windows 7.
5. Android y similares
Ya puestos, pongamos también cómo consultarlo en Android, porque muchas veces las aplicaciones que podemos instalar están limitadas por la versión de Android, y aquellos usuarios para los cuáles yo soy su servicio-técnico-del-móvil con frecuencia no saben la versión de Android que lleva su móvil. Imagino que esto os pasará a más de uno.
Lo de "similares" que he puesto en el título de este apartado es que en mi caso, en vez de mirarlo en un Android "estándar" de Google, yo tengo el CyanogenMod, pero vamos, para el caso, es lo mismo.
Para ver la versión en estos SO, hay que entrar en Ajustes / Información del teléfono y buscar una entrada similar a esta
Fig. 7. Version de Android / Cyanogenmod
6. La anécdota
Y por último, y hablando de versiones de sistemas operativos, dejemos hueco para la anécdota. Como sabréis, tras el récord de permanencia de XP (mira que ha durado años en nuestros equipos: era una buena herramienta), las versiones de Windows se han sucedido en los últimos años a una velocidad algo rápida: Windows 7, Windows 8 y... ¿Windows 9? Pues no, directamente ahora llega Windows 10. Y, aunque no hay una explicación oficial para este salto, esta entrada de Genbetadev comenta algunas de las bromas que se han utilizado para explicar este hecho. Y después acaba mostrando código REAL que parece hecho de broma. Muy ameno, bien explicado y recomendable para quién tenga que programar y pelearse con la versión del sistema operativo.
jueves, 9 de julio de 2015
Generar RTF desde nuestras aplicaciones
A veces puede ser muy interesante que nuestra aplicación genere un fichero RTF que luego los usuarios puedan editar con Word o Writer para modificar, imprimir, convertir a diferentes formatos como PDF, docx, odt...
La buena noticia es que los RTF son simplemente ficheros de texto con unas etiquetas especiales que indican el formato del texto, de las tablas, de las imágenes y de los demás elementos. Así que no es difícil hacer un programa que vaya escribiendo este tipo de etiquetas combinadas con el texto a incluir.
La mala noticia es que los distintos editores con capacidad para crear un RTF tienen distintas opiniones acerca de lo que debe incluirse en un documento con Formato de Texto Enriquecido (que es lo que significa más o menos la sigla RTF, Rich Text Format).
Si creáis un RTF sencillo con cualquier editor ofimático, tendréis algo así (en este caso, parto de un RTF creado con LibreOffice Writer 4.4 en Ubuntu):
Y ahora, si en vez de hacer doble clic sobre el icono del fichero, lo abrís con un editor de texto podréis ver algo similar a esto:
Si abrimos ese mismo RTF con Word 2003 y lo volvemos a guardar, vemos que Word le ha metido bastante más información
Por último, lo he abierto y vuelto a guardar con WordPad (de Windows 7) y veo que es el que deja el RTF más limpito, con aparentemente la menor cantidad de información.
Como es lógico, los tres ficheros difieren bastante en el tamaño, ya que la versión de Word es la que más información lleva (8 KB) y la versión de WordPad es la más pequeña (225 bytes).
Como curiosidad, decir que he generado un RTF a mano con el editor de texto y dejándolo en algo tan reducido como esto
Aquí podéis ver los tamaños de las distintas versiones
Ojo, el caso manual tiene "trampa", pues me he saltado algunas partes que son necesarias según la especificación oficial del formato RTF, pero como los programas prefieren rellenar la falta de información con valores predefinidos antes que morir dando un error miserablemente, podemos abrir este documento hecho a mano sin problemas en Word 2003, WordPad y LibreOffice 4.3 (tanto versiones de Windows como de Ubuntu), que ya se encargan ellos de asignar valores por defecto a todo lo que no se especifique (fuentes de texto, colores...). Eso sí, cada uno de estos programas le ha puesto un tipo de letra y un tamaño a su antojo, ya que el documento creado de forma manual no indica nada respecto a las fuentes a utilizar, así que los valores por defecto juegan aquí un papel fundamental.
En próximas entradas entraré en los detalles de los RTFs, a fin de que nuestras aplicaciones puedan generar este tipo de ficheros sin demasiadas complicaciones.
Por de pronto, los impacientes pueden ir empezando a leerse la especificación oficial:
http://www.biblioscape.com/rtf15_spec.htm
Para mí ha sido la Biblia durante unos cuantos días.
La buena noticia es que los RTF son simplemente ficheros de texto con unas etiquetas especiales que indican el formato del texto, de las tablas, de las imágenes y de los demás elementos. Así que no es difícil hacer un programa que vaya escribiendo este tipo de etiquetas combinadas con el texto a incluir.
La mala noticia es que los distintos editores con capacidad para crear un RTF tienen distintas opiniones acerca de lo que debe incluirse en un documento con Formato de Texto Enriquecido (que es lo que significa más o menos la sigla RTF, Rich Text Format).
Si creáis un RTF sencillo con cualquier editor ofimático, tendréis algo así (en este caso, parto de un RTF creado con LibreOffice Writer 4.4 en Ubuntu):
Fig. 1. Un RTF sencillo
Y ahora, si en vez de hacer doble clic sobre el icono del fichero, lo abrís con un editor de texto podréis ver algo similar a esto:
Fig. 2. Las tripas del RTF (versión LibreOffice Writer)
Si abrimos ese mismo RTF con Word 2003 y lo volvemos a guardar, vemos que Word le ha metido bastante más información
Fig. 3. El RTF después de pasar por las manos de MS-Word, el cual ha decidido añadirle muuuuuuchas cosas
Por último, lo he abierto y vuelto a guardar con WordPad (de Windows 7) y veo que es el que deja el RTF más limpito, con aparentemente la menor cantidad de información.
Fig. 4. El RTF exportado con WordPad (Windows 7)
Como es lógico, los tres ficheros difieren bastante en el tamaño, ya que la versión de Word es la que más información lleva (8 KB) y la versión de WordPad es la más pequeña (225 bytes).
Como curiosidad, decir que he generado un RTF a mano con el editor de texto y dejándolo en algo tan reducido como esto
Fig. 5. Un RTF superreducido generado a mano
Aquí podéis ver los tamaños de las distintas versiones
Fig. 6. A menos paja, menos tamaño
Ojo, el caso manual tiene "trampa", pues me he saltado algunas partes que son necesarias según la especificación oficial del formato RTF, pero como los programas prefieren rellenar la falta de información con valores predefinidos antes que morir dando un error miserablemente, podemos abrir este documento hecho a mano sin problemas en Word 2003, WordPad y LibreOffice 4.3 (tanto versiones de Windows como de Ubuntu), que ya se encargan ellos de asignar valores por defecto a todo lo que no se especifique (fuentes de texto, colores...). Eso sí, cada uno de estos programas le ha puesto un tipo de letra y un tamaño a su antojo, ya que el documento creado de forma manual no indica nada respecto a las fuentes a utilizar, así que los valores por defecto juegan aquí un papel fundamental.
En próximas entradas entraré en los detalles de los RTFs, a fin de que nuestras aplicaciones puedan generar este tipo de ficheros sin demasiadas complicaciones.
Por de pronto, los impacientes pueden ir empezando a leerse la especificación oficial:
http://www.biblioscape.com/rtf15_spec.htm
Para mí ha sido la Biblia durante unos cuantos días.
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